viernes, 21 de diciembre de 2012

Reiki y la Ciencia – 1ra. Parte

Este Post nos muestra la relación entre el Reiki y la Ciencia, lo he dividido en dos partes para poder analizar y aprender mejor, espero sus comentarios.



Cuando empiezas con Reiki te enseñan una serie de “principios básicos”: Reiki es canalizar la energía del Universo (Rei) hacia la energía de tu cuerpo (ki), la energía de Reiki equilibra y sana cuerpo y mente y espíritu, Reiki siempre es para bien, la energía va donde se necesita, Reiki beneficia tanto al practicante como al receptor; y realmente los aceptas sin más base real que la experiencia transmitida por tu maestro y los demás practicantes. Pero ¿es posible justificar todas esas afirmaciones desde el punto de vista de la ciencia?
Si suponemos que la “energía del Universo” puede ser la electromagnética veamos qué nos puede decir la ciencia sobre esa energía y cómo afecta a nuestro cuerpo.
Los campos electromagnéticos los generan las cargas en movimiento (los protones y electrones que forman la materia) y su alcance se extiende en todas direcciones hasta el infinito. Luego, realmente existe una energía electromagnética del universo “Rei”, pero además todos los seres de este planeta están bajo el influjo de campos electromagnéticos que se generan en la Tierra y cuyos efectos sobre nuestra fisiología puede ser muy importante, como en la calcificación de los huesos.
Desde el siglo XIX se sabe que las células y los tejidos generan un campo eléctrico que se puede medir en la superficie de la piel (los electrocardiogramas o electroencefalogramas, por ejemplo). Por consiguiente, siguiendo las leyes de la física que afirman que cualquier corriente eléctrica genera un campo magnético correspondiente en el espacio, también deben existir campos magnéticos generados por el cuerpo. Pero el hecho es que estos campos magnéticos son demasiado pequeños para ser detectados fácilmente y no fueron considerados de importancia fisiológica por los científicos durante mucho tiempo.


Esta situación empezó a cambiar en 1963 cuando Gerhard Baule y Richard McFee, del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Siracusa (Siracusa NY), detectaron el campo biomagnético proyectado por el corazón humano utilizando dos electroimanes de 2 millones de vueltas de hilo cada uno, conectados a un amplificador muy sensible. En 1970, James E. Zimmermany  David Cohen del MIT, utilizando el magnetómetro SQUID, confirmó los resultados concernientes al corazón y en 1972, una vez hubieron mejorado la sensibilidad del aparato, pudieron medir los campos magnéticos producidos por la actividad del cerebro. Seguidamente, se descubrió que todos los tejidos y los órganos producen pulsaciones magnéticas específicas, que son ahora conocidas bajo el nombre de campos biomagnéticos. Actualmente los exámenes tradicionales, como el electrocardiograma y electroencefalograma, se completan con exámenes biomagnéticos llamados magneto cardiograma y magneto encefalograma, que permiten detectar las patologías por la alteración que producen del campo bioelectromagnético.
Por tanto, el cuerpo humano genera y está rodeado por esos campos electromagnéticos que podrían ser la explicación del “ki”, e incluso cabe la posibilidad de que hubiese personas sensibles a dichos campos con lo que podrían detectar las patologías.
Posteriormente, en trabajos realizados por el el Dr. John Zimmerman durante la década de 1980 se investigó lo que ocurre mientras se practican terapias energéticas como Reiki. Encontraron que los patrones de ondas cerebrales del practicante y el receptor se sincronizan en el estado alfa (7-14 Hz), característico de la relajación profunda y la meditación. Según este resultado, podríamos suponer que en una sesión de Reiki el practicante “induce al receptor” a entrar en un estado de relajación meditativo similar al suyo.
Actualmente al menos un estilo de meditación se ha probado efectivo para aumentar el coeficiente intelectual, mejorar la memoria e incluso cambiar partes del cerebro. Otros estilos de meditación otorgan igualmente distintos beneficios a la salud mental y física de sus practicantes, especialmente un mejoramiento de la inteligencia emocional y del sistema inmunológico. Entre los más comunes se encuentran el alivio del estrés y la bajada de la presión sanguínea (la energía de Reiki equilibra y sana cuerpo y mente y espíritu). (Extracto obtenido de wikipedia).

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