Este Post nos muestra la relación entre el Reiki y la Ciencia, lo he dividido en dos partes para poder analizar y aprender mejor, espero sus comentarios.
Cuando empiezas con
Reiki te enseñan una serie de “principios básicos”: Reiki es canalizar la
energía del Universo (Rei) hacia la energía de tu cuerpo (ki), la energía de
Reiki equilibra y sana cuerpo y mente y espíritu, Reiki siempre es para bien,
la energía va donde se necesita, Reiki beneficia tanto al practicante como al
receptor; y realmente los aceptas sin más base real que la experiencia
transmitida por tu maestro y los demás practicantes. Pero ¿es posible
justificar todas esas afirmaciones desde el punto de vista de la ciencia?
Si suponemos que la
“energía del Universo” puede ser la electromagnética veamos qué nos puede
decir la ciencia sobre esa energía y cómo afecta a nuestro cuerpo.
Los campos
electromagnéticos los generan las cargas en movimiento (los protones y
electrones que forman la materia) y su alcance se extiende en todas direcciones
hasta el infinito. Luego,
realmente existe una energía electromagnética del universo “Rei”, pero
además todos los seres de este planeta están bajo el influjo de campos
electromagnéticos que se generan en la Tierra y cuyos efectos sobre nuestra
fisiología puede ser muy importante, como en la calcificación de los
huesos.
Desde el siglo XIX
se sabe que las células y los tejidos generan un campo eléctrico que se puede
medir en la superficie de la piel (los electrocardiogramas o electroencefalogramas, por
ejemplo). Por consiguiente, siguiendo las leyes de la física que afirman que
cualquier corriente eléctrica genera un campo magnético correspondiente en el
espacio, también deben existir campos magnéticos generados por el
cuerpo. Pero el hecho es que estos campos magnéticos son demasiado
pequeños para ser detectados fácilmente y no fueron considerados de importancia
fisiológica por los científicos durante mucho tiempo.
Esta situación
empezó a cambiar en 1963 cuando Gerhard Baule y Richard McFee, del Departamento
de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Siracusa (Siracusa NY), detectaron
el campo biomagnético proyectado por el corazón humano utilizando dos
electroimanes de 2 millones de vueltas de hilo cada uno, conectados a un
amplificador muy sensible. En 1970, James E. Zimmermany David
Cohen del MIT, utilizando el magnetómetro SQUID, confirmó los
resultados concernientes al corazón y en 1972, una vez hubieron mejorado la
sensibilidad del aparato, pudieron medir los campos magnéticos producidos por
la actividad del cerebro. Seguidamente, se descubrió que todos los tejidos y
los órganos producen pulsaciones magnéticas específicas, que son ahora
conocidas bajo el nombre de campos biomagnéticos. Actualmente los exámenes
tradicionales, como el electrocardiograma y electroencefalograma, se completan
con exámenes biomagnéticos llamados magneto cardiograma y magneto
encefalograma, que permiten detectar las patologías por la alteración que
producen del campo bioelectromagnético.
Por tanto, el cuerpo humano genera y está rodeado por esos campos
electromagnéticos que podrían ser la explicación del “ki”, e incluso cabe la
posibilidad de que hubiese personas sensibles a dichos campos con lo que
podrían detectar las patologías.
Posteriormente, en
trabajos realizados por el el Dr. John Zimmerman durante la década de 1980 se
investigó lo que ocurre mientras se practican terapias energéticas como Reiki.
Encontraron que los patrones de ondas cerebrales del practicante y el receptor
se sincronizan en el estado alfa (7-14 Hz), característico de la relajación
profunda y la meditación. Según este resultado, podríamos suponer que en
una sesión de Reiki el practicante “induce al receptor” a entrar en un estado
de relajación meditativo similar al suyo.
Actualmente al menos
un estilo de meditación se ha probado efectivo para aumentar el coeficiente
intelectual, mejorar la memoria e incluso cambiar partes del cerebro. Otros
estilos de meditación otorgan igualmente distintos beneficios a la salud mental
y física de sus practicantes, especialmente un mejoramiento de la inteligencia
emocional y del sistema inmunológico. Entre los más comunes se encuentran el
alivio del estrés y la bajada de la presión sanguínea (la energía de Reiki equilibra y sana cuerpo y mente y espíritu). (Extracto
obtenido de wikipedia).
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